
El célebre Salón de Gobelinos, al cual se ingresa por un hall decorado con tapices franceses originarios de la fábrica de los hermanos Gobelin. Foto: César Carrión - SP
Sigue al Salón Amarillo un pequeño y precioso oratorio colonial, decorado de rojo y oro. A uno y otro lado de las puertas principales del salón se admiran dos bustos en mármol del Libertador y del General Santander, obra eximia el primero del escultor Tenerani.